domingo, 21 de febrero de 2016

La comprensión de la estructura del lenguaje (gramática) no es exclusivo del ser humano

La comprensión de la estructura del lenguaje (gramática) no es exclusivo del ser humano


Un equipo dirigido en la Universidad de Newcastle ha arrojado luz sobre las raíces evolutivas del lenguaje en el cerebro.

La publicación en Nature Communications, el equipo dirigido por el Dr. Ben Wilson y el profesor Chris Petkov explica cómo el uso de una técnica de imagen para explorar la actividad cerebral en los seres humanos y monos ha identificado los orígenes evolutivos de las funciones cognitivas en el cerebro que sustentan el lenguaje y nos permite evaluar el orden de las secuencias de sonidos.
Este nuevo conocimiento ayudará a nuestra comprensión de la manera de aprender  y perder  lenguaje como en la afasia después de un derrame cerebral o en la demencia.
Esto nos ayudará a responder preguntas sobre la manera de aprender idiomas y en lo que va mal cuando se pierde la lengua, por ejemplo después de una lesión cerebral, accidente cerebrovascular o demencia. Profesor Chris Petkov

La actividad cerebral de los humanos y los monos
Escaneando los cerebros de humanos y monos macacos, el equipo de investigación ha identificado el área en la parte frontal del cerebro que en los seres humanos y los monos reconoce cuando las secuencias de sonidos se producen en un orden normal o en un orden inesperado, anormal.

El profesor Petkov señala: “Los niños pequeños aprenden las reglas del lenguaje a medida que desarrollan, incluso antes de que sean capaces de producir el lenguaje. Por lo tanto, hemos utilizado un lenguaje “compuesto” desarrollado por primera vez para estudiar los lactantes, que nuestro laboratorio ha demostrado que los monos también puede aprender. Esto nos permitió determinar cómo el cerebro humano y el mono evalúa las secuencias de sonidos que forman el lenguaje “…

El aburrimiento es necesario para el desarrollo del cerebro

El aburrimiento es necesario para el desarrollo del cerebro

Entevista a David Bueno – Investigador, divulgador científico y profesor de genética en la Universidad de Barcelona
Los estudios y la investigación en neurociencia, ¿se aprovechan lo suficiente? ¿Se ponen en práctica?
Yo creo que no, pero por el simple hecho de que son estudios muy recientes. Generalmente cualquier descubrimiento científico tarda unos años en tener implicaciones en la vida real. Lo que hemos descubierto hasta ahora desde la disciplina de la neurociencia lleva entre diez y quince años a la luz, por lo que sería preocupante que a partir de ahora no empezara a influir.
¿Qué influencia más inmediata cree que pueden tener estos estudios?
Pues, como todo el mundo pensará, deben tener implicaciones en la manera de educar a los alumnos, pero sobretodo, y yo creo que es lo más importante, en cómo se forman los profesionales de la educación. Ellos serán los primeros que aplicarán los cambios.
¿Sobre qué tenemos más campo por recorrer?
Una de las primeras cosas, de la que tenemos un aval científico sólido y que deberíamos aplicar desde ya, es la necesaria combinación de elementos racionales y emocionales en la educación.
Pero esto es algo que en algunos ámbitos ya se hace, ¿no?
Por supuesto. Muchas de las cosas que aportará la neurociencia a la educación no son cosas novedosas, sino la reafirmación de que ciertas prácticas que ya se están llevando a cabo tienen resultados positivos científicamente demostrados.
¿Nos puede poner algún ejemplo?
¡Claro! Se trata de combinar aprendizajes que sean racionales con estrategias que sean emocionales. A lo largo del tiempo hemos visto cómo cualquier proceso que requiera la memoria funciona mucho mejor si detrás hay componentes emocionales. A veces intentamos aprender procesos biológicos, listados de reyes u obras literarias, y lo hacemos de forma muy racional. En realidad, lo que resulta más útil para que quede grabado en la memoria a largo plazo son las emociones.
Los niños y niñas reciben una cantidad abrumadora de estímulos a diario. ¿Cómo afecta esto a su cerebro?
¡Depende de cada niño! Los cerebros no son todos iguales ni parten de una misma base. Hay personas que se estresan con más facilidad y hay otras que no. Hay personas que son más racionales que otras y personas que gestionan mejor las emociones que otras. Esto también significa que hay cerebros capaces de gestionar una mayor cantidad de información y otros que no.
¿Nuestras cabezas tienen un límite?
Nuestros cerebros son capaces de albergar mucha más información de la que jamás tendremos. El problema no es ese, es una cuestión de estrés. El problema del exceso de información es que si tenemos la percepción de tener más información de la que querríamos o de la que nos hace falta, el cerebro se estresa. Hay una serie de mecanismos biológicos que activan un conjunto de hormonas que nos generan estrés.
¿Por qué generamos este estrés?
El estrés sirve para defendernos de situaciones que consideramos que son amenazadoras. Por tanto, las personas que se estresan por un exceso de información se defienden de una situación amenazadora, que es justo lo contrario de lo que debería ser la educación. Una de las consecuencias de este estrés es que desregula la redes neuronales de procesamiento más racional y las funciones cognitivas más complejas. Esto juega en contra de lo que es el autocontrol de los procesos de aprendizaje.
¿Y qué debe hacer el profesional de la educación en estos casos?
El papel del educador es clave. Los profesores deben, en la medida de lo posible, ofrecer el máximo de información sin cruzar las fronteras de los alumnos que se estresan con más facilidad. No es una tarea fácil.
¿Los niños de hoy en día están hiperestimulados?
Depende de cada niño también. Para que se desarrolle el cerebro, el niño necesita aburrirse. No necesita estar todo el rato aburrido, por supuesto, necesita hacer actividades interesantes, cosas que le gustan y que le estimulen. Pero necesita momentos diarios de no saber qué hacer, estos momentos son los que hacen que el cerebro busque estrategias para hacer cosas.
¿Desarrollan así su creatividad?
Sí, entre otras muchas cosas. Hay experimentos recientes que demuestran que niños que han tenido buenos ratos de aburrimiento, de adultos han sido capaces de tomar decisiones de forma más eficiente. Como aburrirse no gusta a nadie, las personas se montan estrategias para hacer cosas, y hacer cosas implica tomar decisiones. Un niño al que se lo dan todo hecho, poco poder de decisión desarrollará: salen de clase y van a baloncesto, después a inglés, llegan a casa y deben hacer deberes, se duchan, cenan y a la cama.
Pese a esto, muchos padres y también profesores piensan que si no estimulan a sus hijos con extras como los idiomas o actividades artísticas no desarrollarán todas las competencias que creen que son claves para su futuro profesional.
Pero es que vivimos instalados en la sociedad de la competitividad. Tenemos miedo de que nuestros hijos no sean suficientemente competitivos con los otros niños. Depende mucho del objetivo que creamos que tiene la educación.
Deberíamos preguntarnos para qué sirve la educación, entonces.
Exacto. Para mí la educación ha de servir para ayudar a nuestros hijos a crecer con dignidad. Y la dignidad incluye compartir decisiones, tomar las propias y asumir las de terceros. Si tú no sabes tomar tus propias decisiones, no asumirás las de los demás como algo compartido. Para crecer con dignidad hacen falta muchas cosas, pero entre ellas: aburrirse, jugar, organizarse los propios juegos, etc.
Es que ya no les dejamos ni decidir a qué jugar…
Los niños que se quedan a comer en el colegio, tienen, en la mayoría de centros, pautados los juegos de la hora del recreo. Esto no puede ser así… Ya aprenderán a hacer cosas por ellos mismos, pero debemos darles la oportunidad de hacerlo.
¿Por qué cree que a los adultos les da miedo que los niños se aburran?
Cuando los adultos nos aburrimos pensamos, sobretodo en nosotros mismos, nos psicoanalizamos. La neurociencia demuestra que las personas que dedican un rato a autoanalizarse, lo que se llama meditación, y no en el sentido esotérico de la palabra, favorecen determinadas conexiones neuronales que refuerzan algunas partes del cerebro como la empatía, la creatividad, etc.
¿Por qué hay niños que aprenden más rápido que otros?
Hay una parte que es genética. Todos tenemos el mismo tipo de genes, pero hay diversas variedades de cada uno de ellos. Algunos controlan cómo se conectan las neuronas, otros cómo se envían las señales, cómo crecen las neuronas, etc. Depende de la variedad de cada gen, algunos se desarrollan de una forma y otros de otra. Hay personas que tienen mejor conectada el área de la creatividad y otras la memoria.
¿Y la otra parte?
La de la educación, pero en un sentido amplio. No hablamos solo de la educación reglada. La educación empieza antes del nacimiento. El feto ya interacciona con el ambiente. Una persona que crece en un entorno relajado, tendrá una serie de conexiones que harán que tenga más estabilidad. Una persona que crece en un entorno crispado, para protegerse, se formará con unas conexiones que harán que sea más reactivo desde el punto de vista emocional. Será más impulsivo y menos racional. A las personas impulsivas siempre les cuesta más aprender que a los reflexivos. Las personas nacemos con un cerebro predispuesto, pero no determinado.
Cuando hablamos de la educación reglada y de los ritmos de cada individuo, ¿qué cree que es más correcto: dejar que el niño siga su propio ritmo o estimularlo para favorecer ese aprendizaje?
Cada alumno debería ir a su ritmo, su cerebro debería poder madurar a su tiempo. Pero esto no quita que no se le pueda ir estimulando, siempre y cuando no se pase de la frontera que marca su propio desarrollo. Si no estimulas, hay personas que, por su naturaleza, son muy tranquilas, y si no aprenden algo les da absolutamente lo mismo. Hay otros que necesitan aprender cosas nuevas constantemente. Si no estimulas, te arriesgas a que el cerebro madure sin haber adquirido determinados conocimientos.
La neurociencia explica que hay determinados períodos de edad que son más óptimos para aprender determinados conocimientos. Pasado este margen de edad, ¿es más difícil o es imposible adquirir ese conocimiento?
Imposible no lo es nunca. Si fuera imposible, los que nacimos cuando no había ordenadores ahora seríamos incapaces de hacerlos funcionar. Somos la única especie que siempre podemos aprender cosas nuevas. Los chimpancés, que también tienen capacidad de aprendizaje, solo pueden hacerlo durante su infancia.
¿Qué sucede en nuestro cerebro para que haya estos períodos de receptividad?
El cerebro está programado para abrir ventanas en determinados momentos de la vida. Una de las primeras que se abre es la de la sociabilidad. Lo primero que hace un bebé es socializar con su entorno. Después se abren otras ventanas: la motora, la del lenguaje, etc.
En la socialización juegan un papel importante las emociones, ¿no?
Por supuesto. Uno de los elementos más poderosos de cohesión social es la emoción. Los políticos apelan a las emociones, no a la racionalidad. La capacidad de vivir en sociedad es un gran estimulador para aprender cosas nuevas. La mejor recompensa de un niño no es decirle “iremos de excursión el fin de semana”, es la mirada de aprobación del profesor, o el hecho de ver que sus amigos están de acuerdo con él. Esto refuerza el aprendizaje, la motivación es imprescindible.
¿Y por qué olvidamos muchas de las cosas que aprendemos cuando somos pequeños?
La memoria está ligada a un patrón de activación de muchas neuronas diferentes. Cuantas más neuronas se nos activan cuando aprendemos algo nuevo, más facilidad tenemos para recordarlo después. Más profundo es el recuerdo del aprendizaje.
¿Y cómo podemos activar más neuronas durante el aprendizaje?
Hay un trabajo reciente muy interesante en el ámbito del estudio de las matemáticas, que es una de las asignaturas que da más miedo. Se ha visto que los profesores que explican matemáticas gesticulando mucho obtienen mejores resultados. Cuando los alumnos recuperan esa información de su cerebro, se les activan muchas más neuronas, entre ellas las del movimiento. Recuerdan mejor lo aprendido y además lo saben aplicar con más facilidad.

Fuente: blog.thiching.com

15 evidencias sorprendentes sobre el cerebro que quizás desconocías

La neurociencia ha descubierto recientemente algunos datos sobre el cerebro que, cada vez más, nos sorprenden por su potencia:
§  Cada neurona se conecta con otras mediante más de 40.000 sinapsis. Las sinapsis son el elemento esencial de la comunicación en el cerebro: la especificidad, cantidad y potencia de sus conexiones determinan nuestro pensamiento, habilidades e incluso individualidad.
§  Tal cantidad de sinapsis por neurona, multiplicadas por los 100.000 millones de neuronas disponibles, da como resultado que el cerebro es capaz de realizar un número de conexiones mayor que todas las estrellas que existen en el universo.
§  El cerebro usa el 20% del oxígeno total que consume el cuerpo. Sólo representa, en términos relativos, un 3% del peso del cuerpo, sin embargo, consume un 17% de la energía total que éste gasta. Ello se debe a que una gran parte de dicha energía, el cerebro debe invertirla en tareas de mantenimiento para asegurarse de que siempre estemos en condiciones de pensar y reaccionar al entorno.
§  Alrededor de un 60% del peso del tejido del cerebro está compuesto por lípidos, el mayor porcentaje de todo el cuerpo humano. Dentro de ellos, destaca especialmente el ácido graso omega 3 (DHA).Numerosos autores han asociado la mayor incorporación de DHA en el tejido cerebral con una mayor capacidad de aprendizaje y de memorización.
§  El cerebro, mientras estamos despiertos, genera una media de 12 vatios de energía, suficiente para encender una bombilla como la de la nevera.
§  Los niños que aprenden en un entorno bilingüe desde antes de los cinco años, ven alterada su estructura cerebral de tal manera que se ha comprobado que ya adultos tienen una mayor densidad de materia gris.
§  El cerebro está formado por alrededor de un 75% de agua.
§  Se piensa que la función del bostezo es enviar mayor cantidad de oxígeno al cerebro. Los bostezos abren masivamente la faringe y la laringe, provocando una mayor entrada de aire, y por tanto de oxígeno, al sistema respiratorio y posteriormente a la sangre que llega a nuestro cerebro, lo que hace que estemos más alerta.
§  Una característica fascinante y hasta ahora poco comprendida del bostezo, es que se contagia. Se ha propuesto que ver bostezar a otra persona genera el reconocimiento de la acción y la ejecución de la misma por empatía; sin embargo, las últimas investigaciones parecen apuntar a que las zonas específicas de neuronas espejo no se activan en la acción de bostezo y, por tanto, no se encuentran involucradas.
§  La información en el cerebro viaja a una velocidad de alrededor de 268 millas/hora, salvo que en casos de embriaguez, circunstancia en la que el cerebro trabaja sensiblemente más lento.
§  Por término medio generamos entre 50.000 y 70.000 pensamientos diarios.
§  Lo que llamamos materia gris es realmente rosa-beige también, y se trata de la corteza cerebral, compuesta de cuerpos de neuronas, dendritas, axones sin mielinización y las neuroglias asociadas, así como vasos sanguíneos. La corteza cerebral está principalmente asociada con funciones de procesamiento de la información y cognición.
§  Debajo de la corteza cerebral, a un nivel más profundo, se encuentra la materia blanca, que es la responsable de la comunicación entre las diferentes zonas del cerebro, y entre la corteza cerebral y los centros más alejados del sistema nervioso central. Consiste principalmente en haces de fibras nerviosas (axones) mielinizadas.
§  Aunque sensaciones y sentimientos son procesados en nuestro cerebro, éste por sí mismo no puede sentir dolor, pues carece de receptores nerviosos para ello. El dolor de cabeza proviene de receptores situados en nuestra cabeza, por eso no se denomina “dolor de cerebro”.
§  El cerebro se encuentra en desarrollo hasta los 20 años, y continúa modificando su estructura durante toda la vida según las experiencias vividas; gracias a la plasticidad cerebral.

                             www.neuropsicologiayaprendizaje.com

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