miércoles, 6 de junio de 2007

El sector audiovisual y los responsables de contenidos no acaban de entender el mundo que les viene encima

La semana pasada ENTER presentó la edición española del informe DigiWorld 2007, una publicación que recoge los datos más significativos de los mercados digitales en el mundo. El estudio confirma que España ha tomado este año "la senda de los mercados maduros", pero también alerta de la necesidad de prepararse para revoluciones futuras como la televisión por Internet.

Sara Aguareles.- ¿Estamos ya en un mercado maduro de telecomunicaciones?
Carlos López Blanco.- Estamos en un mercado en transición. Por un lado, la dinámica tradicional, liderada por la telefonía móvil como motor de crecimiento, se está agotando. Por el otro, los motores de crecimiento propios de un mercado maduro todavía no están tirando todo lo que deberían.

S.A.- ¿Cuáles serán son esos nuevos “motores de crecimiento”?
C.L.B.- La banda ancha es lo que va a mover el mercado, así como la participación de las operadoras en todos los servicios que se puedan ofrecer sobre esta banda ancha. Hablamos de banda ancha fija, pero también móvil, que va a ser el segundo motor de los crecimientos futuros del mercado. Cuando la banda ancha fija se estabilice en unas capacidades de 10 megas por ejemplo, y cuando el HSDPA se consolide y se desarrolle, ahí estará la base para una nueva senda de crecimiento del mercado.

S.A.- ¿A qué distancia quedan estos cambios?
C.L.B.- Ya empiezan a apuntar, pero todavía no estamos en un nivel consolidado, ni mucho menos. Ahora estamos en un mercado que todavía crece a partir de los componentes tradicionales que le han empujado en los últimos años, y con una ligera presencia de estos nuevos componentes, que todavía no están preparados para tomar el relevo.

"La banda ancha es lo que va a mover el mercado"
S.A.- ¿Qué ha pasado para que la telefonía móvil ralentice su crecimiento?
C.L.B.- Si crece el número de clientes, y también los ingresos unitarios y los márgenes, esta tecnología registra un crecimiento importante que sustenta al resto del sector. Este año, sin embargo, ha habido más clientes, pero los ingresos no han crecido tanto, porque el nivel de competencia ha sido mayor.

S.A.- ¿Qué consecuencias tiene este hecho?
C.L.B.- Esto sólo significa que el mercado de la telefonía móvil está entrando en la senda de crecimiento de los mercados maduros, como le pasó en su momento a la telefonía fija, que ahora intenta reinventarse a partir de la banda ancha. En resumen: lo que está pasando este año en España es lo que sucedió el año anterior en los mercados maduros europeos.

S.A.- El reto, pues, está en la oferta de servicios sobre banda ancha, fija y móvil, pero sin embargo esas redes no están plenamente desarrolladas…

C.L.B.- El sector de las telecomunicaciones necesita que las redes y los servicios evolucionen paralelamente. No puedes generar nuevos servicios, si no tienes redes que los soporten. Eso es lo que pasó a finales de los ’90, cuando de repente todo el mundo se puso a invertir en servicios sobre Internet, cuando las redes estaban funcionando a 256Kb, o 512Kb como mucho. Con eso no te puedes poner en el mercado!
S.A.- Hablemos de la TDT. A pesar de que el "apagón analógico" está muy cerca, parece que este modelo no acaba de encontrar su sitio. ¿Qué sucede?
C.L.B.- Con la TDT está pasando lo que tenía que pasar. No supone un cambio de modelo televisivo, ya que funciona con los mismos agentes, que son los canales de televisión, que están replicando el mismo modelo que hasta ahora.

S.A.- Pero se esperaba mucho más…
C.L.B.- La TDT es una tecnología de transición, que ha venido demasiado tarde, y que ha venido sobre un mercado televisivo muy establecido, con unos agentes que no están apostando por ella y que no están aprovechando toda su potencialidad.

S.A.- ¿La TDT no está en el camino hacia la televisión del futuro?
C.L.B.- La televisión del futuro va a venir por otro sitio. Si alguien quiere saber como será, tiene que estar más pendiente de fenómenos como el de Youtube que de la TDT. Por ahí es por donde van a venir los grandes cambios del modelo televisivo. Los agentes tradicionales podrían haber tomado la decisión de liderar el cambio, pero no lo han hecho. Las empresas del sector audiovisual y los responsables de contenidos, no acaban de entender el mundo que les viene. Si no lo afrontan rápido, van a tener una crisis como la que ha tenido la industria musical.

S.A.- ¿Estamos ante una problemática exclusivamente española?
C.L.B.- No. El problema es a nivel europeo. La industria en EEUU ya tiene muy claro lo que va a ser Internet, y tiene los agentes adecuados para aprovechar las nuevas oportunidades. Ahí está Google, ahí está Microsoft, ahí están las empresas de telecomunicaciones, etc… que están mirando cómo posicionarse ante el “mundo Internet”. En Europa, todavía hemos de mirar cómo haremos negocio en ese contexto que se avecina…

S.A.- ¿Se le ocurre alguna idea?
C.L.B.- En el mundo de Internet no tenemos los agentes directos que sí tiene la industria americana. No tenemos empresas de Internet. Pero Europa sí tiene empresas de telecomunicaciones, y probablemente serán ellas las que deberán “tirar del carro”…

La informática móvil es el “aula” del futuro

En los últimos tiempos nos hemos acostumbrado a expresiones como “campus virtual”, “foro online”, o “e-learning”. Todas ellas están relacionadas con el mundo académico, un entorno que ha encontrado en la informática y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) el mejor aliado para seguir innovando en las fórmulas docentes. Desde la óptica empresarial, la oportunidad ha sido aprovechada por algunas empresas entre las que destaca Toshiba, que ha desarrollado varios proyectos destinados a optimizar los procesos formativos.

Todas las universidades españolas cuentan hoy en día con las conocidas “aulas informáticas”, espacios donde se encuentran varios equipos de sobremesa a la disposición de los alumnos. Esta fórmula, sin embargo, se ha visto ampliamente mejorada a partir de proyectos como el “Aula Móvil”, impulsada por Toshiba, y que actualmente está funcionando en multitud de universidades españolas como la sevillana Pablo de Olavide, la Universidad de Granada, la de Cádiz, Málaga, Alcalá de Henares, o la madrileña Carlos III, entre muchas otras.

A partir de una idea sencilla, se ha conseguido que tanto la propia universidad como sus alumnos y profesores obtengan grandes beneficios. Toshiba ha diseñado unos “armarios” móviles en los que se almacenan equipos informáticos portátiles a disposición de alumnos y maestros.

Las bibliotecas universitarias custodian estos dispositivos para que los alumnos puedan retirar un portátil cada vez que lo necesiten. Dado que la tarea de los universitarios es cada vez más colaborativa, esta fórmula resulta muy apropiada para que los alumnos se reúnan en la biblioteca para realizar sus trabajos en grupo. “Esto significa un ahorro importante de costes por parte de la universidad, porque el espacio donde se ponían los PC ya no es necesario”, explica Said Sadaoui, Education Bussiness Manager de Toshiba.

Por otro lado, los profesores también pueden usar los “armarios” diseñados por Toshiba para “acercar el aula a los alumnos”, pudiendo hacer las clases en estos entornos de trabajo común con todas las prestaciones informáticas a su alcance.

Los contenedores móviles sirven, a su vez, para cargar las baterías de los portátiles una vez se han usado, y para formatear su contenido de manera que el siguiente usuario lo encuentre en perfectas condiciones.

Proyectos como éste son de enorme utilidad para la comunidad universitaria, pero a priori no suponen una fuente de ingresos significativa para las empresas del sector, puesto que los precios se ajustan al máximo para que las universidades puedan permitírselo. La apuesta de Toshiba, no obstante, es una inversión de futuro, tal y como explica Sadaoui, quien afirma que “si bien el educativo no es un mercado rentable a corto plazo, sabemos que es una inversión, puesto que los alumnos se familiarizarán con nuestra marca y la escogerán en el futuro. En Toshiba hemos sido pioneros en este tipo de colaboraciones, y hoy en día somo el socio tecnológico de referencia para la comunidad universitaria”.

Se acabó “tomar apuntes”
Los proyectos educativos son una fuente inagotable de creatividad e innovación para el desarrollo de nuevos productos. En este sentido, una de las últimas apuestas de Toshiba son las “aulas multimedia”, un proyecto que tiene como objetivo sustituir las pizarras convencionales.

En estas aulas adaptadas, hay un ordenador portátil, un proyector, y una pizarra interactiva multimedia.

No hace falta que el alumno asista presencialmente a la clase, porque a través de una “invitación” electrónica, podrá acceder a lo que el profesor está explicando en esta particular pizarra. En ella se muestra el contenido de la presentación que el maestro ha preparado, y sobre ella se pueden realizar modificaciones, anotaciones y todo tipo de comentarios gracias a un “bolígrafo” especialmente diseñado a este fin. La interactividad no es menor que en el caso de una aula convencional, ya que el profesor tiene la potestad de “invitar” a sus alumnos a participar en lo que sale en pantalla.

El mayor reto en el caso de las aulas multimedia es “formar a los docentes para que sepan utilizar esta tecnología y le saquen el máximo provecho”, según Sadaoui. Los alumnos son más fáciles de “entrenar”, sobretodo teniendo en cuenta que, con esta fórmula, se acabó la tradicional tarea de tomar y copiar apuntes en clase: sólo hay que hacer “clic” al final de la sesión para que todos los alumnos reciban el contenido de la presentación del día, o para que la tengan disponible en red para descargarla cómodamente en su propio ordenador.

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