El fundador de Telegram toma partido por
Apple en el conflicto abierto con el FBI sobre el acceso a los datos del iPhone
del asesino de San Bernardino
La defensa de la privacidad es uno de
los ejes del pensamiento de Pavel Durov, creador de la aplicación de mensajería
instantánea Telegram. Y eso es lo que le ha vuelto a situar, una vez más, en el
centro del debate. Como la mayor parte de la industria tecnológica, Durov es de
los que han tomado partido por Apple en su enfrentamiento con el FBI, que
quiere tener acceso a la información del iPhone del tirador que en diciembre
del año pasado causó una matanza en San Bernardino.
Para Apple,
otorgar ese acceso supone violar esa privacidad de la que la firma de Cupertino
quiere hacer una seña de identidad. “Apoyo a Tim Cook”, dice Durov, que esta
semana participó en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona. “Soy uno de
los millones de usuarios de sus teléfonos. Me preocupa ver lo fácil que sería
acceder a cualquier teléfono si se cambiase el software tal
y como piden las autoridades”.
Pável Durov
(San Petersburgo, 1984) es una de las personas más buscadas por los medios
desde los atentados de París. A su aplicación se le acusa de ser el medio de
comunicación de los criminales, también de los simpatizantes del ISIS. Él
considera que no se ha profundizado lo suficiente en esta cuestión: “No es
razonable culpar a una aplicación de un acto terrorista. Es como culpar a un
fabricante de martillos. Se usan para hacer muebles, casas de madera, refugios,
pero algunos los pueden usar para matar en lugar de construir. ¿Tiene la culpa
el que hace el martillo? Nos preocupa que lo usen terroristas, por supuesto.
Nos esforzamos por eliminar la propaganda. Queremos que Telegram se use para
hacer el bien”.
Durov, que viste de negro y se carda el
flequillo, ha conseguido que su aplicación de mensajería alcance ya los 100
millones de usuarios activos. Una cantidad que puede parecer menor si se
compara con los mil millones con que cuenta WhatsApp, pero muy respetable si se
tiene en cuenta que carece de inversores. “Se mantiene con mis ahorros”,
afirma. “No es nuestra prioridad ser rentables, sino crecer. Su fortuna
personal se estima en 70 millones de euros, pero, a primera vista, nadie lo
diría: vive ligero de equipaje, sin lujos, cambiando de apartamento cada dos o
tres meses.
Su reacción justo después de los
atentados de París molestó a la clase política del mundo occidental, a la que
acusó, en su muro de Facebook, de ser un freno para el progreso. Durov matiza
ahora sus palabras, pero no frena su pragmatismo: “No soy radical, mi argumento
es sencillo. Mi lógica dice que en la era digital los procesos deben
descentralizarse, dejar que se relacionen individuos y negocios, confiando
mutuamente. Mi punto de vista es que la economía compartida es un buen ejemplo.
Muchos gobiernos solo quieren recaudar y frenar el progreso. Estoy en contra de
los impuestos y los grandes gobiernos. Por ejemplo, no entiendo cómo puede ser
que no haya Uber durante el MWC. Es algo que no tiene sentido”.
Telegram, conocida en España por ser la
aplicación favorita de los miembros de Podemos, nació a partir de la propia
necesidad de Durov de comunicarse de forma segura a través del móvil. En la
primavera de 2013 las autoridades rusas allanaron su hogar en busca de datos
sobre algunos de los usuarios de VKontakte, la red social de su creación,
equivalente a Facebook en Rusia. Su hermano Nikolai Durov (San Petersburgo), al
que se considera una eminencia matemática, se encargó de crear un sistema de
encriptación al que los expertos se refieren como una fortaleza.